lunes, 19 de mayo de 2008

Empordá: ¿Desatención o bendición?

El tópico señala a esa tierra como lugar de artistas, y creo entender por qué eligen vivir en ella o por qué ella los elige, ofreciéndose como cuna. Se trata del Ampurdán- L'Empordá- un lugar donde el silencio se extiende sobre los campos, y a la luz de una primavera prometedora y fragante, su verdor cae como una bendición. Tal vez el talento esté hecho de la luz y las tinieblas que caracterizan al hombre ampurdanés, conversador, austero, tendente a un ensimismamiento que acarrea la radicalidad en la que cifra su defensa, la defensa del territorio que le da cobijo. Atravesado a veces por las perturbadoras visiones de una mente que va por delante del cuerpo,por ese viento de tramontana que atraviesa con su aguijón de vesanía.
Pla, Dalí, son algunos de los genios locales, ejemplos universales de ampurdanés. Visitando la casa-museo del Castell de Púbol se comprende un poco mejor la fantástica arquitectura de los sueños. La integración de un mundo desintegrado, incomprensible y fascinante que sustituye a ese otro mundo de realidades simples, laboriosas y sobre todo monótonas. Ése es el leif motiv, la cabeza de jirafa de un Dalí juguetón y mesiánico que ronda por las estancias. Lo de la jirafa está dicho a propósito. Una jirafa sustituye a la reina de Saba en uno de los tapices, y una cría de jirafa disecada nos mira desde el fondo del panteón con las tumbas en primer término. La de Gala, ocupada con los restos de la musa, y la de Dalí, vacía, como una jugarreta que alguien, llamémosle destino, le hizo al pintor a última hora.
Hasta aquí el interior. Pero he aquí que al salir al jardín cae una lluvia fina,diríase vaporosa, en honor a los tiempos que se esfumaron, y todavía los visitantes llevamos en el recuerdo la fragancia de las siemprevivas que adornan cada una de las habitaciones. En el jardín, dos elefantes de patas larguísimas, y el estanque con la cabeza de rape escupiendo el agua que alimentará a los hermanos peces.
Salimos de allí con el recuerdo de la ceremoniosa limusina y el coche de caballos guardados en el garaje, durmiendo el sueño de los coches en desuso. Recuerdo entonces el comentario de alguien acerca de algo que llama la atención por su ausencia:no se ve en el horizonte ni una sola grúa. Es cierto, y también lo es que los trenes funcionan mal. Posiblemente éstas sean una de las razones principales de enfado de sus gentes, sobre todo por el asunto ferroviario. Pero también, posiblemente, sean motivo de alegría. La desatención en ocasiones es una bendición que hay que saber apreciar.
a

lunes, 12 de mayo de 2008

Papel en blanco y otras incertidumbres

Uno de mis propósitos al crear este blog fue el de acercar mi escritura a aquellas personas que se sientan atraídas por la creación en general y por la literatura en particular.
La novela que escribo en la actualidad se sitúa en un hipotético siglo XXII. Pertenece por lo tanto al género denominado ficción especulativa, que algunos no dudarían en integrar dentro de la ciencia-ficción. No es que me moleste que se incluya dentro de las novelas de ciencia ficción como las de Philip K. Dick o las de Georges Orwell, Arthur C. Clarke o el norteamericano Orson Scott Card, por no hablar del visionario Aldous Huxley, todos ellos admirables y admirados. Incluyo en este listado, que se queda corto, sin duda, a Margaret Atwood, cuya novela "El cuento de la criada" logró impresionarme la primera vez que la leí, y que tiempo después publicaría "Onyx y Orix", dentro de la denominada ficción especulativa. Mi intención, como probablemente ocurriría con mis admirados autores, es utilizar este tipo de historias como vehículo de ideas filosóficas siempre reversibles, discutibles y por supuesto, susceptibles de cambiar con el paso del tiempo. Y, lo más importante, con una trama amena, unos personajes identinficables y algunos conflictos nuevos y otros antiguos que requieren, hoy como ayer, soluciones inteligentes.

martes, 29 de abril de 2008

A todos los creadores

Bajo este título algo pomposo, debería sentirse aludido cualquiera, ya que cualquier parcela de nuestra vida exige un mínimo de creatividad. De lo contrario, es difícil que salgamos airosos. Creatividad para capear la crisis que se nos viene encima, y para disfrutar de lo personal e intransferible, aquello de lo que no podrán apropiarse las grandes holdings internacionales. Me refiero a la libertad. Esa palabra tan degradada por algunos, tan utilizada como moneda de cambio por los que quieren vendernos la moto. Oh, sí, hay mucha supuesta libertad suelta por ahí. Alguien tendría que encargarse de sujetarla; de lo contrario, nos volveremos libertinos y no entraremos por el aro. Bromas aparte, se habla mucho estos días del mayo francés, que ya es cuarentón y por lo tanto no debe mojarse demasiado la barriga
Hay opiniones para todos los gustos: que si el mayo francés trajo libertad- de nuevo, la palabreja- que si ayudó a la gente a expresar su parecer, a oponerse a los que mandaban, que si aportó distracciones varias, como drogas ilegales o individualismo, reivindicación de los valores ciudadanos y no sé cúantas cosas más. Prohibido prohibir, se dijo entonces.
Y ahora, viene lo mejor ¿Acaso ha cambiado algo en ese terreno? ¿Se nos prohíben menos cosas, o por el contrario, los sistemas de control son cada vez más apremiantes aunque más sutiles gracias a las nuevas técnicas? Me inclino más por lo segundo. En la calle, las sanciones, los tributos municipales, los recargos de los bancos o de las entidades de servicios de telefonía o de electricidad, por poner un ejemplo, los controles de tráfico... hasta algo tan impersonal como un semáforo dirige nuestros pasos atrayendo nuestras miradas con colorines- ya lo sé, es cuestión de seguridad, pero es que casi todo al final se justifica por la seguridad, hay mucha gente empeñada en guardarnos las espaldas y desvalijarnos los bolsillos- Y luego, por si todo esto fuera poco, las miradas de reproche de nuestros vecinos nos persiguen cuando por azar, error o cualquier otra circunstancia ajena a nuestra voluntad dejamos de cumplir lo que se espera de nosotros. Lo dicho, creatividad para salir airoso, para no morir asfixiados de tanta supuesta libertad

viernes, 18 de abril de 2008

A la hora de abordar algunos temas, como la religión, el sexo o las peculiaridades étnicas, por ejemplo, a un escritor se le plantean serias dudas sobre la manera más correcta o más sensata de encararlas. Una de las mejores maneras que conozco parten de aplicar dos máximas.
1ª. Sé consecuente con tus ideas sin caer en el fanatismo de las ideologías.
2ª. No te sientas presionado/a por las posibles críticas de tus posibles enemigos, ni esperes el halago de tus amigos.
Dicho lo cual, reconozco que la provocación es efectiva, que puede agitar conciencias -a veces por el lado zafio o grosero- pero eso es cuestión de estilos.
El equilibrio es delicado, porque el mensaje tibio difícilmente llegará a calar, y el apasionado se aleja con frecuencia del análisis realista.
Los creativos publicitarios lo saben bien, y lanzan campañas a veces sorprendentes que hacen dudar de la buena fe de la empresa de turno, o de los límites que deben regir incluso en un mundo mercantilizado.
Pensaba en el famoso slogan "Yo no soy tonto", que creo que aún se puede escuchar y ver por televisión. Es sólo un ejemplo más de utilización de un reclamo algo infantiloide y al mismo tiempo agresivo, ya que margina o descalifica a quien no consume tal o cual producto relegándole a un colectivo de supuestos parias. Como este anuncio existen muchos otros que suponen que deben promover el entusiasmo y sobre todo la compra compulsiva y casi siempre a crédito del último invento que además lleva, cómo no, la tan manida e inevitable etiqueta de "nuevo".

martes, 8 de abril de 2008

Siempre hay algo nuevo bajo el sol

Hola a todos aquellos que deseen compartir conmigo ideas, noticias y cualquier tipo de contenido que tenga relación con el mundo de la cultura, y sobre todo con la literatura. Soy poetisa y escritora, y me gustaría que este blog sirviera de espacio de trasmisión e intercambio de ideas. Y sobre todo, invito a que todo aquel que piense que no hay nada nuevo bajo el sol a que revise su tesis. Estoy segura de que la creación se sustenta en la suma resultante de la palabra ya dicha y de la que aún está por decir; lo cual eleva al infinito las posibilidades de la escritura. Y eso siempre es una buena noticia.
Si os gusta Italo Calvino, Catherine Mansfield, Clarice Lispector, Gonzalo Rojas, Octavio Paz, Benedetti, Lorca, el Faulkner de "Mientras agonizo", por ejemplo, Kundera, o Carson McCullers, por citar unos cuantos de mis preferidos, os invito a que escribáis en el blog. Estaré encantada de ampliar la lista de escritores, comentando textos que os hayan impactado, o historias que os cautiven.
Un saludo a todos los letraheridos, los cinéfilos y los amantes del arte en general.