sábado, 26 de agosto de 2017

palidofuego: Al sembrador de pánicoLo primero que se apreci...

palidofuego:

Al sembrador de pánico

Lo primero que se apreci...
: Al sembrador de pánico Lo primero que se aprecia en tu mirada es una cierta distancia con aquello que te atañe, y la sonrisa fría como...


Al sembrador de pánico

Lo primero que se aprecia en tu mirada es una cierta distancia
con aquello que te atañe, y la sonrisa fría como cuerda de arco tensada.
Se presiente el derrumbe, y donde hay un derrumbe hay un vacío
en el que prosperan los blancos sepulcros del ocaso.
Han comenzado los ratones del odio suculento
a escarbar tus entrañas.
¿Qué clase de humillación, de bajeza
desamor, rotura, impacto...?
Nadie se pone de acuerdo.
Como perlas rodando en peldaños desteñidos
se rompió el collar de piedad que te unía al noble jade de la inocencia,
Te has bebido los salmos obtusos, los cócteles de tristeza,
 ¿juventud divino tesoro?
y te has convertido en muñeco de ventrílocuo
con la suficiente fortaleza para inflamar las aves acuáticas
las rocas persistentes de la destrucción.
Cómo puedes guiarte por autopistas de odio
con las gafas oscuras llevando hasta las fraguas
esta pasión desbordante, esta muerte a plazo fijo?
Los desvanes que olían a manzanas viejitas
a leche y a madre
son cámaras clausuradas de cenizas suspendidas
y en el centro del laberinto las cobayas
se cuecen a fuego lento.